Episodio XXIV – No es mi despedida
Segundos afuera.
Dije: Segundos afuera.
No sé porqué, pero tengo la sensación que en este boliche hay mucho voto decidido. Si bien la idea es poder armar un esquema que nos de mayor claridad para entender las cosas que pasan en la ciudad, creo categóricamente que muchos y muchas de ustedes nunca leyeron estas palabras despojados de sus pensamientos.
Mientras arranco este espacio le respondo a unos usuarios de Apepe que nos tildan de tal o cual cosa y al unísono ocurre lo mismo en mi cuenta personal. Nada trascendental, cosas que pasan dijo José. No son eventos dislocados, ocurren porque quieren que ocurran. ¿Y saben qué? Está bien.
Gran parte de estas discusiones intensas que venimos manteniendo vía redes – un espacio muy noble para la gente carente de autoestima y huevos – se dan porque la campaña que en estos momentos está por terminar estuvo direccionada al poco público que quedó disponible y predispuesto para seguir hablando de política.
La gente tiene la cabeza alquilada. En parte, algunos partidos – principalmente los opositores – se dieron cuenta de eso y aprovecharon para replicar el mismo bombardeo de temas de la agenda actual. Pero en definitiva no hay un voto partidario. Hay un voto de cabezas alquiladas. Alquiladas porque no hay ser humano que resista un año y medio de pandemia y después dos elecciones.
La primera parte de la campaña y las PASO tuvieron esa sensación de elección “real”, pero en el fondo veíamos que la gente tenía puesta su concentración y deseos en otra cosa. En salir. De una vez por todas salir. Salir de un lugar físico – imposibilitados por la pandemia – pero también salir del modo cabeza alquilada. Hay quienes lo lograron y quienes no.
Vengo un tanto desordenado, ya lo sé. Voy a hacer un esfuerzo para acomodar estas ideas.
Intentaré ir al grano. Discutimos sobre vacunas durante meses. Hay gente que se ha cambiado el apellido, familiares que no se hablan, amigos y amigas que ya no se ven, y todo por un par de títulos. ¿Pero saben qué? Después de miles de operaciones, algunas siguen hasta hoy dijera Gustavo, después de acciones imperdonables por parte de funcionarios del Estado, la gente se vacunó igual. La comunidad no le dio la espalda. Incluso aquellos que decían que se le pegaban los platinos. Esos también se vacunaron.
Tengo la sensación que la campaña transcurrió en ese mismo frenesí cocainómano, apalancado por Jefes y Jefas de campaña que sólo miraban la lupita de Twitter. Y está bien que lo hayan hecho porque a mi entender ese núcleo duro fue el que mantuvo la vela en este entierro. El resto de las personas siguió lidiando con los problemas diarios – que insisto, para mi las soluciones a esos inconvenientes los da la política – pero que el aparato electoral no supo y no sabe cómo llegar todavía a esas personas. Porque sino, sinceramente, hubiera existido un porcentaje de electores por encima de lo normal… el clásico llevamos a los abuelos a votar.
En parte considero que eso no pasó porque ya la gente venía con la cabeza alquilada de antes. No se la supieron y otros no se la quisieron desalquilar. La oposición mira esto como una antesala a la elaboración de una fórmula para el 2023 y el oficialismo es un cúmulo de voluntades marcadas a fuego por una disputa de poder que sólo desaparecerá cuando haya vencedores.
Estas últimas consideraciones hablan del panorama nacional pero vieron que si la leen rápido también parece que estamos hablando de Bahía.
La política va a encontrar la salida de este lugar en el que se maneja a 200 kilómetros por hora y solo vale chocarle el lateral del auto a nuestro competidor. Pero resulta que en esta oportunidad ya hay muchos autos chocados, hay gente lastimada y pasa como en esa película de Tom Criuse “Días de Fuego” que el piloto no se anima a pasar por la nube blanca donde hay un montón de autos agolpados. Y no se anima porque cree que se la va poner de frente con otro vehículo. Porque no confía ni en su Jefe de Equipo – el gran Robert Duvall – que le dice que pase igual, como así tampoco en sí mismo.
Vamos a pasar por la gran nube blanca. Pero antes me parece hay que redefinir algunos modos de discusión y salir de este eje discursivo donde solo vale hacer pelota al de enfrente.
Ojo, esto no quita que haya personas que tienen responsabilidades pero no se puede solucionar llevándoselos puesto
Vamos a pasar la nube blanca. No tengo dudas. Pero hay que hacer un esfuerzo para que la política vuelva a ser un arte y no un elemento de marketing delimitado por las campañas digitales.
¿Pido mucho? Si, lo sé.
Mientras tanto, algo va a pasar de aquí a la próxima campaña.
En la ciudad, la mayor expectativa es saber si Avanza Libertad y la Izquierda pueden llegar al Concejo. Eso no va a cambiar la dinámica del deliberativo pero si va abrir nuevos espacios y proyecciones para el 2023.
De hecho, tanto Juntos como el Peronismo se preocupan por la fiscalización de la boleta de Espert. Los primeros porque están próximos a su línea de pensamiento, pudiendo restarle algún decimal y los segundos porque si se resta arriba se suma abajo.
Juntos tendrá el enorme, complejo y discutido trabajo de conseguir un candidato. La pugna de poder por el bastón de mando tal vez se ponga en discusión. ¿El radicalismo con Manes podrá tensar la cuerda? Nadie lo sabe. Varios candidatos a Presidente y uno solo o sola candidata a Gobernadora. Todo eso va a componer un escenario de disputa como mínimo, que con un gobierno local que comparte puestos de gestión con tres partidos políticos, tendrá repercusiones en la ciudad.
El Peronismo por su parte entra en un período donde tiene que definir ideas y lugares urgido por las derrotas. Uno es el de Alejandro Dichiara, quien estuvo mucho más presente en la ciudad en estos meses pero que sin dudas su territorio es la playa o la Provincia. Quienes lo siguen también ganan terreno en Bahía pero encuentran una superestructura que ya definió que habrá dos candidatos en las PASO del 2023. A esto hay que sumarle una nueva conducción en el PJ para diciembre que tendrá algún tipo de costo.
Por último, los vecinalistas contemplaron el futuro de sus espacios y que sin un candidato o candidata fuerte es imposible llevar adelante una elección competitiva. ¿Es el ocaso? No lo creo. Pero como sus competidores también tendrán que reformular.
¿Este resumen es una despedida hasta el 2023? Tampoco lo sé.